miércoles, 1 de abril de 2020

En tiempos del "coronavirus": carta de una ciudadana al presidente de la Nación

Señor Presidente:
Voy a dirigirme a usted con el respeto que su investidura me merece pero con la sinceridad con la que normalmente escribo.

Hasta anoche, y pese a que “no lo voté”, venía aplaudiendo su firmeza para proteger a los argentinos de esta maldita peste que azota al mundo y que amenaza a nuestro país. La cuarentena, el aislamiento, el estar lejos de mis hijas, de mis nietas, de mi madre muy enferma, de la vorágine diaria, me costó mucho al principio, pero sin embargo me parecía una medida acertada y que ordenada con la convicción que usted lo hizo, nos hacía estar agradecidos y hasta sorprendidos, permítame ser honesta, de su capacidad de dirigir el barco en semejante tempestad, sin titubeos y dándonos seguridad, a pesar de lo que sabemos, vendrá después, en la pos pandemia, cuando tengamos que ver cómo poner de pie a nuestra Argentina.
Usted, como el Papa Francisco, que nos cautivó con su mensaje desde una Plaza de San Pedro en soledad pero con enorme sentimiento, hablo de “priorizar” la vida. Aplausos señor Presidente, aplausos fuertes y ojalá siempre tenga esa fuerza, para defender la vida, y sabe de qué estoy hablando. ¡¡siempre priorizar la vida!!!! ¿Pero como fue que alguna vez dudaron de ese valor?
Presidente, el Papa habló de solidaridad, de abrir los corazones, de ser generosos, de producir un cambio, y palabra de honor, cada día le pido a Dios que nos abra los corazones y que podamos ser cada vez más solidarios y generosos. Me atormentan la injusticia, la soledad, el pensar en la gente que está sin trabajo, que no tiene como satisfacer sus necesidades básicas. Y me maravillo ante gestos gigantes, como el de la Sociedad Rural de Tucumán, que no sé si usted sabía, está por montar un hospital de campaña para la gente más necesitada.
Pero vuelvo al tema Presidente Fernández y no me da vergüenza, “aún cuando no lo vote” le reitero y siento enormes diferencias con este Gobierno, pero no me da vergüenza decir públicamente que lo aplaudía y lo apoyaba en esta cruzada, como lo están apoyando las FFAA y de Seguridad, tan humilladas e ignoradas, como lo apoyaban los empresarios, los agricultores, los médicos y profesionales serios en general, porque TODOS queremos salvar a la Patria más allá de cualquier ideología.
Anoche espere con ansias en anuncio de sus medidas y escuché con una mezcla de alivio y angustia (la angustia por la gente que está perdiendo su capital y que NO quiere fallarles a sus empleados ni mucho menos despedirlos), la postergación de la cuarentena. Sin embargo Presidente, hubo un momento en que quede atónita, y que sus palabras sonaron como un cachetazo, y fue cuando se dirigió a los empresarios, a la gente que produce en este país. Llamarlos MISERABLES Presidente Fernández, creo que ha sido una equivocación terrible, un golpe bajo y hasta una traición a la gente que sin elegirlo a usted lo está apoyando, que no duerme pensando en cómo cumplir con cada trabajador, en como sostener esta gran crisis que atravesamos todos. Son ellos y usted lo sabe, los que vienen haciendo esfuerzos enormes para seguir generando empleo, para producir a perdida, para ponerle el hombro al país.

Siento señor Fernández, Presidente Fernández, que usted, que venía hablando y trabajando para terminar con la maldita grieta fomentada por el kirchnerismo, ha cavado un pozo profundo, dando pie para que los empleados u obreros, enfrenten a quienes les dan trabajo y los consideren miserables !!!! MISERABLES!!! Por Dios Presidente, eso sí que no lo esperábamos!!!

Y me cuesta creer que haya salido de su corazón....no se quién se habrá acercado a soplarle eso al oído....pero lamento usted lo haya repetido. Que pena Presidente....venía piloteando tan bien está grave situación....lo lamento de veras y espero recapacite y tenga la grandeza de dirigirse a todos ellos que con grandes esfuerzos vienen peleando por no dejar a la gente sin trabajo, por apoyar al país, por apoyar su gestión a pesar de todo, para enviarles algún apoyo y expresar su error.
Ruego a Dios haya sido producto de su cansancio y de su enorme responsabilidad. Fuerza Presidente y abra bien los ojos para no equivocarse y saber quiénes son los que desean generar trabajo, quienes buscan ayudar de diferentes formas, en quienes usted puede confiar. Y sepa que es una actitud de un grande, reconocer y pedir perdón públicamente, de la misma forma que ofendió tan pero tan injustamente.

Lo saludo atentamente y rezo por usted Presidente.
Luz Garcia Hamilton

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