jueves, 19 de septiembre de 2019

Servicio Cívico

"Los adolescentes se mostraron orgullosos de volver a aprender" - Por Belisario Sangiorgio - La Nación En la unidad de la Gendarmería en Campo de Mayo se iniciaron esta semana los cursos dirigidos a jóvenes en situación de vulnerabilidad social; el 72% de los inscriptos no asiste a la escuela En unidades de la Gendarmería en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero y Río Negro, unos 1200 adolescentes -seleccionados entre 100.000 inscriptos- asistieron por primera vez a las aulas del Servicio Cívico Voluntario en Valores, un ciclo de talleres formativos enfocado en jóvenes que enfrentan diferentes situaciones de vulnerabilidad social y que es impulsado por el Ministerio de Seguridad. "No voy a mentir: agarré la calle y la policía me detuvo dos veces. No me gustó nada estar preso. Mi barrio, como todos los barrios, es complicado. Yo estoy inscripto para empezar hoy el taller de soldadura, porque no estudio, tampoco trabajo, y tal vez esto me sirva", explicó a La Nación un joven de 16 años llamado Rodrigo, que asistió ayer a las clases en el Comando de Región I de la Gendarmería, en Campo de Mayo. Y explicó: "Crecí con mi abuela. Ella me educó. Vengo desde el partido de Moreno porque quiero cambiar. Yo estaba rodeado por malas personas y no iba a terminar bien". Su historia, a su vez, es muy similar a la de Gonzalo, otro joven de 16 años, que también vive en la zona oeste del conurbano, pero en el partido de Merlo. "Vine a inscribirme porque me estaba perdiendo en un mal camino", explicó el adolescente. La vida de este joven está profundamente marcada por el dolor: la madre murió hace un año y él quedó librado a su propia suerte en un peligroso barrio. Vive en la casa que solía ser de su familia, donde fue golpeado por más de un padrastro durante su infancia. Allí, los vecinos le ofrecen apoyo para que no caiga. Cuando le confirmaron que podría comenzar a cursar los talleres del Servicio Cívico, Gonzalo abrazó a Fabiana -su tutora- y ambos comenzaron a llorar. "Es un buen chico, y por eso los vecinos lo ayudan siempre. No se droga, no fuma, no toma alcohol. Merece que lo ayuden. Yo nunca le voy a soltar las manos", dijo la mujer, entre lágrimas. Junto a ella, Gonzalo dijo: "A pesar de todo lo que me pasó, estoy contento. Esta es una linda oportunidad. En mi barrio, veo que hay muchos pibes metidos en las drogas, Muchos. Yo vine acá para salir de la esquina". Según la información oficial, sobre el total de los 100.000 anotados, 72% no asiste a la escuela y 55% practica algún deporte. El 4% estaba mal alimentado y solo 10% de los jóvenes que se inscribieron -de entre 16 y 20 años- tiene un trabajo actualmente. En todo el país, se inscribieron 69.000 hombres y 31.000 mujeres. Los talleres son dinámicos y se realizan en cuarteles de la Gendarmería Nacional. Tienen diferentes ejes y -por ejemplo- los que están orientados a la inserción en el mundo laboral abordan temas como la reparación de vehículos, la instalación de aires acondicionados y técnicas de trabajo vinculadas a la metalmecánica. También se dictan cursillos de liderazgo, educación ambiental, energía, diversidad, democracia, derecho al voto, primeros auxilios, prevención de adicciones, promoción de la salud, alimentación y entrenamiento físico. Durante el acto por el comienzo de los talleres, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, volvió a explicar que este proyecto nada tiene que ver con una instrucción de carácter militar para adolescentes. "Buscamos que los jóvenes logren autonomía personal para construir un sueño de vida, para buscar su camino. Hace muchos años que estamos en un país con problemas y cuesta mucho salir de esa situación. Todos tenemos la posibilidad de iluminar el lado más positivo del ser humano, de sacar lo bueno y minimizar los problemas. Sientan que tienen una oportunidad, que pueden lograr eso que sueñan. Cuando terminen aquí, van a ser mejores ciudadanos", señaló la funcionaria nacional. Por otro lado, el jefe de la Gendarmería Nacional, Gerardo Otero, agregó: "Esta es una institución que conoce cada centímetro del territorio y cada expresión social de la patria. Ser parte de este proyecto no es un desafío, sino un compromiso. Si los resultados llegan en un largo plazo de tiempo, no importa. Mientras sean resultados positivos, estaremos felices. Esta oportunidad de cumplir sueños nos hace felices" Luego del acto oficial, las madres y los padres de los jóvenes conversaron con Bullrich. Una mujer llamada Lisa, madre de Gabriel y vecina de la localidad de William Morris, dijo: "Espero que esto genere un cambio en la sociedad. Los chicos están en peligro en la calle, y los padres están preocupados. Por otro lado, Laura, de Moreno -que acompañaba a su hermana Agustina, de 17 años-, explicó: "Estoy feliz por ella, tomó una buena decisión. Acá pueden aprender sobre disciplina y educación; aprender a ayudar a otros". En la misma línea se expresó otro adolescente de 16 años llamado Gonzalo, de la localidad bonaerense de Pacheco: "Los pibes de mi zona son un desastre. Yo vine para cambiar, para ser una mejor persona, fijarme en mí. Estoy terminando el colegio y mi familia me apoya; quiero entrar a Gendarmería y esto me ayuda. Tengo ganas de aprender". En las aulas, una chica de 16 años llamada Natalia contó que viajó desde el norte del país en busca de una oportunidad. "Vine para encontrar algo bueno, positivo. En mi provincia, durante la juventud, no se estudia, no se trabaja. Los chicos andan todo el día en la calle". Aquellos que fueron seleccionados para ocupar las 1200 plazas del plan piloto se mostraron ilusionados por la oportunidad de aprender.

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