domingo, 23 de mayo de 2010

Carta abierta

Carta Abierta de la Asociaci�n de Abogados por la Justicia y la Concordia a la Corte Suprema de Justicia de la Naci�n

Buenos Aires, 28 de abril de 2010

Se�or

Presidente de la

Corte Suprema de Justicia de la Naci�n,

Dr. Ricardo Luis Lorenzetti

Palacio de Justicia

S / D

De nuestra consideraci�n:


El pasado 7 de abril solicitamos formalmente una entrevista a ese alto Tribunal, para dar cuenta de la fundaci�n de nuestra Asociaci�n Civil Abogados por la Justicia y la Concordia, ocurrida el 12 de agosto de 2009, que hoy integramos m�s de trescientos abogados pertenecientes al foro de la ciudad de Buenos Aires.



Hasta hoy, no hemos recibido respuesta e, interpretando el silencio del excelent�simo Tribunal como una declinaci�n t�cita a la posibilidad de recibirnos, nos dirigimos p�blicamente a usted y, por su intermedio, a los dem�s ministros del cuerpo, para expresar, de este modo, lo que hubi�ramos manifestado en el despacho del se�or Presidente de haber sido recibidos.



Nos hemos asociado, se�or Presidente, porque la Justicia est� desvirtuada y la Concordia desconocida. Como abogados, tenemos el deber que surge de nuestro juramento profesional, por el cual, a trav�s de la Constituci�n, nos comprometimos a "afianzar la justicia", de modo que ella pueda, as�, alcanzar su objetivo, que es dar a cada uno su derecho. Como ciudadanos, tenemos el deber de procurar la concordia, la paz interior, bien com�n fundamental de cualquier sociedad pol�tica.



Desde luego, se�or Presidente, cuando estamos a punto de celebrar los doscientos a�os de gobierno propio, podemos rememorar las muchas ocasiones en que justicia y concordia han sido vulneradas entre nosotros. Tambi�n sabemos, se�or Presidente, y saben usted y los ministros de excelent�simo Tribunal, qu� papel airoso o desgraciado pudo caberle a la administraci�n de justicia en la instauraci�n, el mantenimiento o la condena a aquellas vulneraciones. A nuestra Asociaci�n le preocupa, se�or Presidente, la situaci�n actual de injusticia y enemistad interna, que tambi�n -seguramente- desvela al alto Tribunal.



Nos inquieta, se�or Presidente, la instauraci�n, a trav�s de fallos dictados por este Tribunal a partir del a�o 2003, de una suerte de derecho en dos velocidades, donde las garant�as b�sicas contenidas en la Constituci�n, que este mismo cuerpo proclam�, hace ciento veintitr�s a�os, "arca sagrada" y "palladium de la libertad", valen para unos y resultan absolutamente ineficaces para otros. A trav�s de los precedentes "Arancibia Clavel", "Sim�n", "Mazzeo" y "Lariz Iriondo", a los militares y fuerzas de seguridad, empleados para combatir el terrorismo, se les han negado derechos y principios que rigen, desde siempre, para todos los ciudadanos que, en enumeraci�n no taxativa, pasamos a exponer:

� Se ha desconocido el principio de legalidad, siendo estos ciudadanos juzgados por delitos llamados de "lesa humanidad", que no exist�an como tales al momento de los hechos y que, todav�a, no han recibido tratamiento legislativo para que se los defina como a todo delito, evitando as� el caos interpretativo que impera actualmente, y su consecuente utilizaci�n como fines pol�ticos contra adversarios del poder de turno. Delitos o agravantes que no estuvieron, ni est�n, en el C�digo Penal, sino en un Tratado internacional ratificado con posterioridad a los hechos, cuya aplicaci�n retroactiva est� expresamente prohibida en su art�culo 24, al igual que en la Constituci�n Nacional.

� Se han desconocido, tambi�n, y s�lo a ellos, los institutos de la prescripci�n de la acci�n penal, de la cosa juzgada, del non bis in idem y de la aplicaci�n de la ley penal m�s benigna.

� Se ha invocado, dogm�ticamente, la costumbre internacional como suced�neo de la ley penal escrita, sin tener precedentes de esa costumbre y atribuy�ndole fuerza imperativa.

� Se les ha quitado al Congreso de la Naci�n y al Poder Ejecutivo los dos instrumentos que la Constituci�n les otorga para cumplir el mandato de "consolidar la paz interior", revisando e invalidando los indultos y las dos leyes de amnist�a dictadas por el Parlamento, llamadas "de obediencia debida" y "punto final". Y s�lo en perjuicio de ellos.



S�lo a ellos no se les aplica el "plazo razonable" para su juzgamiento, consagrado por el Pacto de San Jos� de Costa Rica, y se les agravan las condiciones de encierro, manteniendo prisiones preventivas por tiempo indefinido y a personas que superan los setenta a�os, edad en que los jueces deben conceder la prisi�n domiciliaria. Las c�rceles no deben ser instrumentos de tortura y no est�n preparadas para recibir ancianos ni enfermos; haberlo olvidado ha generado decenas de muertos en cautiverio.



La conculcaci�n de los principios apuntados permite afirmar que todos los ciudadanos estamos en libertad condicional. Abandonar la legalidad para alcanzar lo que, algunos, creen que ser�a justo, significa la destrucci�n del sistema civilizado de convivencia. Ning�n ciudadano debiera consentirlo, y ning�n hombre de Derecho dejar de denunciarlo.



Entienda el se�or Presidente, y entiendan los se�ores ministros, que nuestra Asociaci�n no es un grupo de presi�n, como otros que pululan para continuar librando la desgraciada contienda de los a�os setenta bajo registro forense. A nosotros no mueve, repetimos, nuestro deber irrevocable de abogados, y nuestra obligaci�n primaria de ciudadanos, por la Justicia y la Concordia. No exaltamos, retrospectivamente, los cr�menes de unos u otros, ni propiciamos repetir hoy las demas�as de ayer, como esos grupos de presi�n que, convertidos en par�sitos de la curia, lo hacen a diario. No intentamos, tampoco, legalizar en actas judiciales una versi�n sagrada de la historia, haciendo que los jueces no juzguen personas sino que juzguen el pasado, como tambi�n o�mos repetir diariamente. Queremos recuperar un derecho que d� a cada uno lo suyo, sin negar a nadie, por razones ideol�gicas, lo suyo correspondiente, y queremos recuperar la paz interior para poder, con esp�ritu de misericordia, acariciar cada herida del pasado y retirar la mano seca, en lugar de dejarlas sangrar a designio.



Esto es lo que hubi�ramos querido plantearle en la audiencia que oportunamente solicitamos. De todos modos, se�or Presidente, sea en su despacho o aqu�, en la vereda de nuestro Palacio de Justicia, tenga en cuenta que hay una Asociaci�n de Abogados por la Justicia y la Concordia que no cejar� en alcanzar sus objetivos; que a cada iniquidad y a cada desuni�n opondr� el derecho; y que estar� recordando continuamente a los jueces el principio cl�sico de que "peor que sufrir una injusticia, es cometerla".



No se nos escapa, se�or Presidente, se�ores ministros de la Corte, que est�n sufriendo ustedes, en este momento, inicuas presiones por parte del Ejecutivo, de miembros del Legislativo y de los grupos de presi�n que record�bamos m�s arriba, esto es, de todos aquellos que pretenden convertir la justicia en su propia venganza, y la paz en el regodeo de su triunfo. No contentos con haber conseguido, en los estrados, un derecho �nfimo para sus enemigos, ahora van por m�s. No dude, excelent�simo Tribunal, que esta Asociaci�n est� a su lado frente a este intento de subyugaci�n, precisamente porque est�n en juego la justicia y la concordia. Estamos a su lado, aunque sea en la calle.



Mariano Grad�n (Secretario) Alberto Solanet (Presidente)

Adhieren:

ABERG COBO, Juan; AICEGA, Juan Luciano; ALFONSO CORREAS, Julio C.; ALGORTA, Rafael J.; ALVAREZ GARC�A, Diego Emilio; AMADEO, Sof�a; ANAYA, Jaime Luis; ANZO�TEGUI, Mart�n; ARAMBURU, Eugenio; ARAMBURU, Pedro Eugenio; ARIAS, Dar�o Facundo; ARRIZABALAGA, Arturo Jos�; AVOGADRO, Enrique Guillermo; BANDIERI BLANCO, Luis Mar�a; BARBOSA MOYANO, Carlos; BECCAR VARELA, Dami�n F.; BENITES, Manuel; BERISSO, Juan Carlos; BIEULE, Eduardo Alberto; BOTTA, Mar�a de F�tima; BILBAO, Carlos A.; BOSCH, Carlos; BOSCH, Fernando Miguel; BOSCH, Juan; BOSCH, Mart�n L.; BRADY ALET, Carlos A.; BRAGA MEN�NDEZ, An�bal Antonio; BRUNETTA, Jos�; BRYANS, Alberto Eduardo; BUSTAMANTE, Alejandro E.; BUTLER, Alejandro Tom�s; CABALLERO, Adolfo; CARASSALE, Juan Manuel; CAR� SAR�CHAGA, Eduardo P.; CHEVALLIER BOUTELL, Juan Pablo; DAIREAUX, Emilio; D'ANGELO RODR�GUEZ, An�bal; DARAIO, Alfonso; DAURAT, Jorge O.; de LEZICA, Miguel; de SAN MART�N, Jos�; del CARRIL, Enrique V.; DELACRE, Santiago Tom�s; DIEHL, Carlos; DUFOURQ, F�lix; ESTEVA, Fernando; FERN�NDEZ, Juan Esteban; FERN�NDEZ HUERGO, Luis Daniel; FOURCADE, Jos� Luis; FROLA, Edgardo; FROLA, Maximiliano; GALARCE, Lino B.; GALLARDO, Diego; GALLARDO, Juan Luis; GALLO, Eduardo Juan; GARC�A GONZ�LEZ, Ernesto; GARONA, Jos� Ignacio; GILLETA, Norberto Nicol�s; GOLDARACENA, Fernando; GONZ�LEZ NOVILLO, Jorge Ra�l; GOROSTIAGA, Adri�n Nicol�s; GUTI�RREZ, Eduardo Sebasti�n; HARDOY, Emilio; IBARBIA, Diego M.; IGLESIAS VICTOR�N, Gervasio; IGOUNET, Oscar Gustavo; JULIANELLI, Pablo; KENNY, Alejandro J.; KLEIN, Guillermo Walter; LAGOS, Hilario; LAGO, Marcelo Guillermo; LAMAS, Jorge Leonardo; LANARDONNE, Tom�s; LANDINI, Ra�l; LAN�S, Marcelo; LENNON, Lucas J.; LIENDO, Gustavo Carlos; LIENDO, Horacio Tom�s; L�PEZ, Jorge Aldo; LOZA, Emilio; LUCHIA PUIG, Horacio M.; LLORENTE, Mat�as M.; MAGGIO, Pablo E.; MAIORANO, Carlos; MANSILLA MART�NEZ PAZ, Gustavo A.; MART�N, Marcelo E. (h); MART�NEZ DE HOZ, Jos� (h); MART�NEZ ECHENIQUE, Luis M.; M�NDEZ CURUTCHET, Tom�s; MEN�NDEZ, Bernardo Jos�; MIGUEL, Emilio A.; MILANO, Rodolfo Mario; MILIA, Jos� Luis; MOLINARI, Ignacio; MONGUILLOT, Mar�a del Carmen; MORENO HUEYO, Guillermo; MUNILLA, Enrique; NEUMAN JONES, Diana Isabel; NOSEDA, Pablo; OJAM CALZADA, Juan Carlos; OLIVIERI, Julio; OLMEDO BARRIOS, Sebasti�n; ORONA, Oscar Alberto; OTAMENDI, Jorge; PADILLA, Augusto Jos�; PALACIOS BACQUE, Norberto; PALACIOS HARDY, Diego; PALACIOS HARDY, Gerardo; PEDEFLOUS, Juan; PEPPE, Sergio L�zaro; PEREYRA ZORRAQU�N, Esteban; P�REZ IZQUIERDO, Gast�n; PETERSEN, Patricio E.; PIFFARETTI, Rodolfo; PISANI, Alejo; PODEST�, Carlos Eduardo; PONS, Maximiliano Luis; POSSE, Abel; POUYSSEGUR, Mart�n; QUANTIN, Norberto; QUESTA, Carlos A.; RIAT, Juan Rodolfo; RICHARDS, Jos� Patricio; RICCA, Luis Felipe; RINALDI, Jos� Luis; RODR�GUEZ, Germ�n; RODR�GUEZ VARELA, Alberto; ROTH, Roberto; RUEDA, Pablo; SAINT JEAN, Daniel; SAINT JEAN, Federico; SAINT JEAN, Ricardo; S�NCHEZ SORONDO, Mat�as; SARAVIA, Fernando Ignacio; SCHIAVONE, Edgar; SCHINDLER, Octavio; SCHINDLER, Octavio Mart�n; SICARDI, Jacinto; SPOTORNO, Jos� Mar�a; SOMOZA, Lucio C�sar; TOMMASI, Pablo; URDAPILLETA, Diego; VEGA OLMOS, Jimena; VERGARA del CARRIL, Juan Antonio; VERGARA, Jos� Patricio; VIDELA, Mar�a Eugenia; VIGLIANI, Oscar Antonio; WHITE PUEYRRED�N, Marcelo; YOUNG, Federico A.; ZAMBRANO, Luis Mar�a; ZAMBRANO, Rafael; ZOPPI, Fernando.

Publicada en diario La Naci�n (17 May 10)

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