¡Es hora del reencuentro!
Era otro contexto, otros lugares, otros valores en juego a nivel nacional e internacional. Los años 60-70 en Argentina fueron el teatro de conflictos internos, en varias ocasiones armados, donde ustedes los militantes de las organizaciones armadas y nosotros los Agentes del Estado, confrontamos nuestras ideologías, nuestro posicionamiento político, utilizando diversas formas y medios.
Se vivió una época cargada de rivalidades políticas no tradicionales. En la sociedad argentina reinaba la confusión, la angustia y hasta la resignación, porque el fantasma de la violencia armada recorría el territorio nacional. Fue un período doloroso e inesperado de la historia argentina.
Esa confrontación híbrida, asimétrica, e irregular, fue una forma de guerra que nadie quiere nombrar ni reconocer como tal, porque en todo conflicto de esa naturaleza, la conducta humana y los códigos de guerra entran en colisión, no solamente en cuanto a la ética del enfrentamiento sino en los aspectos funcionales estratégicos.
La memoria es testigo de ello. Idealizar responsabilidades parciales a nivel judicial no soluciona el problema de fondo, solo genera satisfacciones personales, transmite una visión imperfecta de venganza, de odio o de rencor.
Actualmente, el conflicto permanece, está latente, es más visible, hasta ostentoso. Lejos se está de lograr soluciones globales, si no se cambia de método para lograrlo. 50 años más tarde, esa guerra continúa por otros medios. Pero no entre los actores de antaño, sino que en la escena política se infiltraron personajes, oportunistas, alejados de los militantes de la primera línea de las organizaciones armadas de los 70.
A ellos sólo les interesa el beneficio económico personal. Estos neo-revolucionarios transformaron las reivindicaciones en un fondo de comercio. La mercadería políticamente más rentable son los ex agentes del Estado.
Bajo ese Plan vendieron a la Justicia a los uniformados, y dejaron afuera de los beneficios a los verdaderos y legítimos militantes de esos años.
¡La Justicia politizada hizo lo necesario!
¡A ustedes los traicionaron y a nosotros nos abandonaron!
Ustedes eran Combatientes y los denominaron "Jóvenes Idealistas", nosotros éramos jóvenes Agentes del Estado y nos estigmatizan como "Genocidas".
No guardamos ni rencor ni odio de aquellos años, porque nuestra Doctrina nos enseñó que "cuando lo que se siente es desprecio, no se puede hacer la guerra (1)".
Pero este no es el modelo de país y de sociedad, que ustedes como nosotros soñamos y por el que tantos de nuestros camaradas dieron la vida. Es el momento de decir BASTA a los que se arrogan nuestra representación, cuando nadie los designó.
Diseñemos en armonía un nuevo Contrato Social. A aquellos militantes de los 60-70 que estaban en los roles activos, pragmáticos, de la organización político-militar Montoneros, ERP y otras estructuras similares, les decimos "es hora de volvernos a encontrar".
Nosotros, que en ese período ocupábamos los niveles más bajos del Estado, podemos trabajar conjuntamente para construir el futuro de la Nación en paz, pensando en el bienestar de la sociedad, alejados de la corrupción y los beneficios personales.
De esos encuentros nacerá una hoja de ruta que fijará los pilares de una nueva sociedad. No dejemos que otros personajes inescrupulosos se apropien de nuestro pasado, de nuestras Banderas, de nuestros muertos, y de nuestros ideales.
El dinero y los bienes materiales nunca fueron los objetivos ¿por qué deberían serlo ahora?
Si la guerra y sus consecuencias dicen que comenzó con nosotros, somos nosotros los únicos que podemos poner fin a un conflicto latente de hace medio siglo y buscar la mejor solución a la situación de Argentina.
¡Ahora es la ocasión! ¡¡NO PERDAMOS LA OPORTUNIDAD!!
Campo de Mayo, 08 de Septiembre de 2024
¡Ahora es la ocasión! ¡¡NO PERDAMOS LA OPORTUNIDAD!!
Campo de Mayo, 08 de Septiembre de 2024
Referencias
(1) Friedrich Nietzsche, in Ecce Hom
(1) Friedrich Nietzsche, in Ecce Hom
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