viernes, 13 de mayo de 2022

A 40 años de la guerra de Malvinas, en Defensa Nacional ¿Cómo estamos? - 2da parte

"Si vis pacem, para bellum" ("Si quieres la paz, prepárate para la guerra") - "Epitoma rei militaris" Flavio Vegecio Renato, 390 DC

                                    (Fuente: twitter.com)

Introducción
Más allá que la Ley de Defensa Nacional Nº23.554 promulgada en 1988 sostiene en su Art 8º que el "Sistema de Defensa Nacional tendrá por finalidad determinar las hipótesis de conflicto y las que deberán ser retenidas como hipótesis de guerra", los diferentes gobiernos se han empeñado en proclamar que nuestro país NO tiene hipótesis de conflicto (HHC)

                                                  (Fuente: issuu.com)

"En la Directiva Estratégica Nacional de 2001 se usó un eufemismo para reemplazar ese término: Escenarios de Escalada de Crisis, no vaya a ser cosa de militarizar el país u ofender a los pacifistas progres con terminología cara a los uniformados"
Tal aseveración, no hay HHC, resulta por demás antojadiza y voluntarista, sería como si desde el Ministerio de Salud, con el aval del Presidente, se afirmara que nuestro país no tiene posibilidades (hipótesis) de que nos afecten epidemias o cualquier tipo de enfermedad que pongan en riesgo la salud de la población, y que es imposible que ocurran accidentes que atenten contra la integridad física de los ciudadanos; por lo tanto, reducimos el presupuesto pertinente, cerramos hospitales, menos médicos, enfermeras y ambulancias, no producimos ni importamos equipos ni medicamentos, no investigamos y sólo dejamos alguna guardia médica o posta sanitaria por si algún argentino sufre un resfrío como consecuencia del cambio climático tan en boga. 
Seguro que un programa de salud de esta naturaleza jamás figuraría en la plataforma de ningún candidato o partido político; no lo votaría nadie, sentido común y de supervivencia, no más. Este simple ejemplo vale como analogía para tratar el caso de la Defensa Nacional.

Tenemos conflictos
La Argentina no sólo tiene HHC, ¡¡tiene conflictos!!

                                   ¿Hipótesis de Conflicto? (Fuente: cronicaseguridad.com)

¿O acaso la deuda externa no lo es, o la situación con Gran Bretaña respecto a las Islas Malvinas, o, eventualmente, cuando Brasil nos afecta con su política arancelaria o devaluaciones monetarias, o como sucedió con el Uruguay por las pasteras de Botnia o por declaraciones imprudentes o temerarias de algún mandatario, etc?
Ninguno de estos conflictos puede ser considerado necesariamente "casus belli", no pasan de ser incidentes diplomáticos y solucionados en ese ámbito, pero otros pueden surgir, y en su escalada configurar verdaderas crisis, tensiones o alcanzar características violentas.

Por otra parte, deberíamos considerar la disparidad del poder militar de países de la región en relación con el nuestro pero, suma votos declarar demagógicamente que no hay HHC.
La desinversión en la Defensa Nacional permite utilizar fondos financieros y económicos para otros gastos, algunos "non santos" o improductivos, por eso, poco importa perjudicar el instrumento militar disminuyendo su presupuesto; esto obliga a disminuir sus estructuras orgánicas y la capacitación de sus cuadros (cuando no la fuga de varios de ellos hacia otras actividades laborales mejor remuneradas), además de provocar la obsolescencia de sus medios materiales y la falta de insumos por la poca o nula inversión.

En definitiva, se afecta sensiblemente la capacidad operacional de las FFAA para el cumplimiento de su misión constitucional, sea en defensa de la soberanía nacional o para eventuales despliegues de elementos militares en el exterior, formando parte de una coalición bajo mandato de la ONU o la OEA.

Algunos expertos en temas de Defensa, y razonablemente, suelen opinar acerca de la inutilidad de instituciones armadas paquidérmicas, sosteniendo que son arcaicas, onerosas, poco ágiles, nada efectivas y con macrocefalia burocrática, en especial la planta política del Ministerio; que sería preferible (para justificar inversiones exiguas) tener un tigre en vez de un elefante.
Todo bien, salvo ¡que si el tigre está mal alimentado, viejo, sin dientes, sin garras y con sarna, no sirve ni para alfombra, el elefante, al menos en un bazar, puede ser peligroso!

Una póliza de seguros
Se sostiene que, la defensa es como una póliza de seguro; hay que contratarla aunque sea cara, porque más cara puede ser no tenerla.

                                  (Fuente: youtube.com)

Los conflictos, como las enfermedades existen, y está la diplomacia para solucionarlos sin llegar a casos extremos en las relaciones entre dos o más naciones. De la misma forma que en el ámbito de la salud está la medicina y sus medidas preventivas para evitar o minimizar los efectos de aquellas y evitar, eventualmente, intervenciones más complejas y severas como las quirúrgicas. Pero debemos tener cirujanos, anestesistas y sala de operaciones preparadas, por las dudas.

Las hipótesis de conflicto permiten planificar y determinar acciones tendientes a prevenir o superar eventuales agresiones, reteniendo aquéllas que pueden considerarse como hipótesis de guerra.


Desde la perspectiva de la política exterior y bajo el signo discursivo del advenimiento de los “dividendos de la paz”, “el nuevo orden mundial” y las “nuevas amenazas”, junto con un renovado énfasis cooperativo orientado a la integración regional, permitió a quienes detentaban el poder político disminuir los dilemas de seguridad con nuestros vecinos, en especial con Chile, ayudando a repensar el instrumento de la defensa como un elemento central para la integración. En este sentido el discurso sobre la “ausencia de hipótesis de conflictos” sirvió para remarcar que en términos militares Argentina no tenía amenazas vecinales o extra-regionales, siendo un actor previsible y contribuyente al orden internacional que dejaba atrás el legado del conflicto del Atlántico Sur. (Fuente: juanbatteleme.com.ar)

Paradójicamente, cuanto más preparados estemos para enfrentar un conflicto, en particular violento, menos probabilidad existe que ocurra. Un cuerpo sano difícilmente contraiga enfermedades, o resiste mejor y con menores riesgos si las sufre.

Por el contrario, así como un cuerpo humano débil, mal alimentado, sin vacunar, sin actividad física y sin controles médicos periódicos puede contraer cualquier tipo de enfermedad que ponga en riesgo su salud o su vida, lo mismo pasa con los estados.

La debilidad de un país tienta invariablemente a la agresión; mantener esta situación es abdicar de la política y renunciar a la posibilidad de decir ¡No! en el marco de las relaciones internacionales. Su soberanía y autonomía estarán gravemente comprometidas.

En el ejercicio de la racionalidad interdependiente (estrategia) entre dos actores o países, los fines de uno (intereses nacionales) deben ser respaldados por los medios disponibles, frente a los propios del otro actor contingente. Ambos tratarán de alcanzar sus propios fines en el juego de la dialéctica de las voluntades.

Las relaciones de poder (persuasión, diversión, coacción y acto de fuerza) entre ambos, determinarán las opciones estratégicas (negociación, compulsión y guerra) a utilizar. Medios eficaces aseguran a la diplomacia el logro del objetivo fijado y evitar, si se puede, la última opción referida, o alcanzar la victoria caso contrario

Henry John Temple, Lord Palmerston, fue dos veces primer ministro de Gran Bretaña a mediados del siglo XIX. Decía que "Inglaterra no tiene amigos permanentes ni enemigos permanentes. Inglaterra tiene intereses permanentes". Esta consigna la aplican la mayoría de los países y así lo demuestra la historia; los amigos de hoy mañana pueden ser enemigos, y viceversa. Así funciona la dinámica de la política internacional (v.g.: EEUU y Japón, Francia y Alemania, etc.).

Un caso vergonzoso
Un caso atípico, y es para avergonzarnos, ocurrió durante la presidencia de Carlos S. Menem. La Argentina, aún siendo parte del Protocolo de Río de Janeiro y por lo tanto país neutral, colaboró con el enemigo de nuestro tradicional amigo, el Perú, facilitándole ilegalmente armamento y explosivos a Ecuador durante la última Guerra del Cenepa (o del Cóndor): extraña y peculiar diplomacia la nuestra.

                                  (Fuente: tn.com.ar)

Un país vecino, Brasil, dejó trascender en las últimas semanas un documento de su Ministerio de Defensa (Escenarios de Defensa 2040) en el cual se trazan escenarios de posibles conflictos (hipótesis). El documento prevé un conflicto entre Venezuela y Colombia y entre Bolivia y Chile, además de una invasión brasileña a la región oriental boliviana de Santa Cruz de la Sierra para proteger a los hacendados brasileños.

También incluye que en 2035 Francia puede pedir a la ONU una intervención en la región amazónica poblada por los yanomamis anunciando "apoyo al movimiento de emancipación del pueblo indígena". Respecto de la Argentina, el documento del Ministerio de Defensa indica que el principal socio regional de Brasil ya habrá superado sus crisis económicas y que Brasil logrará interceder para evitar que China instale una base militar en 2034.
Es evidente que nuestro país vecino, con realismo político, visión geopolítica y concepción estratégica, procura, como lo hizo siempre, defender su soberanía nacional, su integridad territorial y sus intereses nacionales vitales.

Respecto a la Argentina, si bien es improbable que problemas limítrofes afecten, por ahora, en grado sumo las relaciones con países vecinos, nuestro territorio no deja de ser interesante para otros actores estratégicos primarios y secundarios, estatales o no. Nuestros recursos naturales invitan a su dominio, control y uso.


                                   (Fuente: ellitoral.com)

¿Resulta descabellado suponer que el agua (yacimiento guaraní), el litio y otros minerales, Vaca Muerta y demás zonas petroleras, la pampa húmeda, nuestra plataforma marítima con su fauna ictícola y nuestros ecosistemas, sean codiciados por intereses de agentes foráneos, los que pueden llegar a utilizar cualquier medio para procurárselos?

Nuestros enormes espacios geopolíticos vacíos también pueden llegar a ser una fuente generadora de conflictos. Hacinamos nuestras principales urbes y despoblamos nuestro inmenso territorio, ¿Es paranoico pensar que no "todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino" lo harán de buena voluntad?

Aunque nosotros no definamos ni tengamos hipótesis de conflicto por ceguera, negligencia o incapacidad política, las establecerán otros. El mundo seguirá andando, a pesar nuestro, con nosotros o sin nosotros. Y, como estemos, sufriremos las consecuencias!!
Por Jorge P. Mones Ruiz – La Prensa
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* Y, continuando con lo expresado en el último párrafo...

La Argentina en el fondo del mar y sin hipótesis de conflicto


¿El gobierno argentino no tiene hipótesis de conflicto?
¿Qué organismo estratégico argentino debe establecerlo y cuáles son los parámetros? ¿Quién aconseja al Poder Ejecutivo Nacional respecto a su determinación y acciones pertinentes?
¿No sabe la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur que en el Atlántico Sur y, su relación con el océano Indico, Pacífico y la Antártida, hay una extensa zona en conflicto con motivo de la militarización del Reino Unido en Malvinas, en una “Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur” que acordaron todos los países de África occidental y América oriental? (Res. ONU 41/11 el 27/10/1986).
¿No se enteró esta misma Secretaría de Estado que el gobierno de Chile planeaba reclamarle a la Argentina espacios marítimos y del suelo y subsuelo de la plataforma continental argentina?

Esta Secretaría tiene como función, según la Cancillería (1/9/2021) «todos los temas vinculados a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes en el Atlántico Sur. Diseña estrategias y coordina acciones en el ámbito bilateral y multilateral para la mejor defensa de los derechos e intereses argentinos…Entiende además en las políticas y acciones que realiza el Consejo Consultor sobre temas vinculados al Atlántico Sur. Además, tiene a cargo, la planificación y dirección de la política antártica…».
Entonces, antes de opinar sobre las funciones incumplidas de la Secretaría después de casi dos años de la designación de Daniel Filmus y, en medio de la situación de indefensión que vive la Argentina, sería bueno que la Cancillería corrija la misión de esa Secretaría: no son los espacios marítimos “circundantes” como dice, sino los espacios marítimos “correspondientes”.

En primer lugar, porque así lo precisa la Constitución Nacional y, después, porque si la referida Secretaría no reconoce la diferencia entre espacios circundantes y correspondientes, mal puede establecer una política o, tal vez, los funcionarios desconozcan que el Reino Unido de Gran Bretaña no solo ocupa Malvinas y tres o doce millas circundantes, sino que ocupa y explota 1.639.900 km2 de espacios marítimos e insulares (52% de nuestro mar); además, de disputarnos 1.410.367 km2 de la plataforma continental y 965.597 Km2 de la Antártida Argentina.
Es decir, el equivalente a tener en disputa u ocupados, espacios que superan al territorio continental argentino desde La Quiaca a Ushuaia. Al respecto, un médico clínico diría: sin un buen estudio semiológico y un diagnóstico etiológico, es imposible instaurar un buen tratamiento y, mucho menos, establecer un pronóstico. Y ello seguramente, lleva a que el secretario de Malvinas no tenga un plan y no pueda cumplir con otra de sus funciones “Entender en las políticas y acciones que debe realizar el Consejo Nacional de Malvinas”.

No es de esperar ningún avance argentino sin diagnóstico certero y sin plan y, es posible que, frente a ello, no haya acción alguna, como ha ocurrido hasta hoy. El secretario, ha promovido tres leyes sin debate alguno, en la búsqueda de su posicionamiento político interno y con ningún efecto internacional:
La primera, una ley de incrementos de multas a la pesca ilegal que no sancionó ni un solo buque fuera o dentro del área de Malvinas, donde las empresas de España (cuyo país reconoció la soberanía argentina en Malvinas) son las principales socias para la consolidación de la ocupación en las Islas,
- La segunda, una ley sobre la plataforma continental que ni siquiera sirve para profundizar una cultura marítima entre los argentinos, que no describe los reales alcances de la recomendación de la Comisión de Límites y que no se acompaña de un fortalecimiento económico, físico, militar y de integración de Tierra del Fuego con el continente,
- La tercera, una ley para crear un Consejo Nacional de Malvinas, a cuyos miembros (después de un año) ni siquiera se los convoca presencialmente a discutir una idea. ¿Se puede (en serio) un tema estratégico y de carácter secreto tratarlo en forma virtual, al acceso de todos los servicios de información del mundo? y ¿pueden semejantes asuntos de Estado, cuyos resultados podrían influir negativamente en los espacios en disputa y en toda la Argentina, inclusive la Antártida, tratarse con asesores ad-honoren, con dedicación parcial, muchos de los cuales no tienen ningún conocimiento en la materia e inclusive están en la antípodas de lo que prescribe la Constitución Nacional? ¿Puede integrar ese cuerpo el abogado Marcelo Kohen, quien en 2018 promovió un plan para dar a los isleños la posibilidad que se autofinancien con recursos argentinos, que, su gobierno ilegal determine quién puede o no radicarse en Malvinas y, que, a los treinta años tengan un referéndum sobre si quieren vivir bajo soberanía británica o argentina? Por citar solo un caso!!

¿Se sorprende la Cancillería que el gobierno chileno tenga la pretensión de reivindicar 5 mil km2 de plataforma argentina, contrario a lo acordado en el Tratado de Paz y Amistad de 1984?

En la fotografía el Santo Padre Juan Pablo II y el canciller argentino Dante Mario Antonio Caputo en el momento de la firma del Tratado. Se conoce como “Tratado de Paz y Amistad” al acuerdo firmado entre Argentina y Chile en 1984 que determina “la solución completa y definitiva de las cuestiones a que él se refiere”, esto es, la fijación del límite entre los dos desde el canal de Beagle hasta el pasaje de Drake al Sur del Cabo de Hornos. El tratado finalizó el conflicto del Beagle que llevó a ambos países hasta el borde de la guerra en diciembre de 1978. Además, el tratado incluye un detallado marco de acuerdos para la solución pacífica de controversias entre ambas naciones que incluye a la Santa Sede como mediadora, una Comisión Permanente de Conciliación y, en caso necesario, un Tribunal Arbitral cuyos laudos serán obligatorios, definitivos e inapelables y estarán entregados al honor de las naciones signatarias (Fuente: es.wikipedia.org)

El PEN, a través de la Secretaría de Malvinas, no tiene un análisis geopolítico.
Observemos nuestras FFAA y las de Chile; luego, veamos la desatención argentina en cuestiones marítimas y la desocupación de la Patagonia; la adjudicación argentina hidro-carburífica offshore en manos británicas en el área en conflicto; nuestra tensa relación con los socios del MERCOSUR; la falta credibilidad en el mundo y, agreguemos, en este escenario, la pasividad (¿?) de la Secretaria de Malvinas que (según las propias manifestaciones de su secretario) tiene como eje de su acción política, la búsqueda del diálogo con el Reino Unido y la cooperación (unilateral), cuyos resultados en estos últimos 60 años han sido absolutamente inconducentes.

No podemos asombrarnos de las acciones británicas, pero tampoco de las de Chile, funcional a los mismos intereses, como lo fue durante la guerra de Malvinas. La Argentina presentó todos los documentos sobre sus derechos relativos a la plataforma continental ante la Comisión de Límites y firmó el Tratado de Paz y Amistad con Chile en 1984 que, delimitó en su artículo 7º, mediante una línea divisoria, los espacios argentinos al este y los de Chile al oeste, según las coordenadas 67º 16’.
Y, asombra al secretario de Malvinas porque no tiene plan, contrario a los 3.200 isleños en Malvinas que avanzan día a día. Hacen lobby en Europa, en el Reino Unido y conversan con uruguayos, brasileños y chilenos. Construyeron un puerto en Georgias del Sur e invierten 85 millones de libras para construir un puerto en Malvinas que desplazará a Ushuaia como acceso principal a la Antártida.
Por su parte, los uruguayos atienden en sus puertos el aprovisionamiento, cambio de tripulación, trasbordos, etc. de todos los buques que pescan ilegalmente en el Atlántico Sur y Malvinas y proyectan para el 2022 tener un nuevo puerto a esos efectos. Entre otras cosas.

Nos asisten los derechos por el cumplimiento de las obligaciones de la Convención de las Naciones Unidas del Derecho del Mar y por el Tratado de Paz y amistad con Chile de 1984.
Los chilenos tensionan la región y la Argentina no tiene hipótesis de conflicto, pero, de lo que estoy seguro es que la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur no tiene plan alguno.
Por César Lerena - Crónica

NR - el artículo fue escrito cuando era Secretario Daniel Filmus, que entregó dicho cargo a Guillermo Carmona en noviembre de 2021, ¡¡Todo sigue igual!!

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