Aquel 24 de Marzo de 1976, yo iba al Colegio secundario. Sin embargo recuerdo y siento pánico, el ruido de las bombas, el atronar de las sirenas, el olor a pólvora. Vivíamos en San Miguel de Tucumán, y a una cuadra de casa ya teníamos barricadas. Quizás por ser hija de periodista muy activo, en casa se hablaba todos los días de estos temas. Nos enseñaban a caminar en contra mano al tráfico, nos traían del colegio por caminos diferentes. La amenaza estaba ahí, latente. Y pasé, como tantas otras familias de uno y otro lado seguramente, noches en vela y llena de miedos. Los fines de semana partíamos en busca de paz a Villa Nougués, pero también nuestro paraíso lindaba con la quebrada de Lules y era campo de batalla.
Me vienen a la memoria con tremendo dolor, el atentado a José María Paz, brillante persona, industrial azucarero con 43 años, el brutal asesinato del Capitán Humberto Viola donde atentaron contra una familia en pleno centro tucumano, asesinando cobardemente al Capitán y a María Cristina de 3 años.....y todavía veo las imágenes en blanco y negro de atentados a la hija de Lambruschini, al Soldado Luna, a tantos inocentes que han muerto víctimas del terrorismo en Argentina.
Mi memoria me lleva al dolor enorme, a la impotencia, a todo lo oscuro que representa una GUERRA.
También porque no decirlo, recuerdo cuando Oficiales del Ejército llegaban a nuestra provincia y nuestros padres los invitaban y les habrían las puertas, debiendo ser nosotros amigos de sus hijos. Y era un honor. Eran épocas de democracia y de peronismo, cuando esas bombas y las noticias de atentados a cuarteles o a empresarios, nos sacudían a toda hora. Duele el alma recordar el ulular de las sirenas, las manifestaciones, amenazas y el enorme caos que se vivía a diario ¡La anarquía!
En medio de esa inmensa crisis social, y con apoyo de casi todos los funcionarios y civiles, llegó el Golpe de Estado del 76.
Golpe, que probablemente jamás debió ser pero que es injusto analizar fuera del contexto que se vivía. Porque todos somos y fuimos defensores de la democracia, repito, un golpe sólo entendido en un país estalló de la mano de un grupo de revolucionarios que querían imponer el comunismo y que irrumpieron de forma violenta aunque decían ser "Jóvenes idealistas".
Y vuelvo al 24 de Marzo, y recuerdo el arribo de oficiales y soldados y la gente aplaudiendo en las calles, celebrando, dando gracias. Hoy miro para atrás y pienso que nadie habría querido un golpe ni avaló la violencia, por el contrario las vivas eran por la paz, porque sentíamos que venían a defender a la Patria y en ese momento casi todos, apoyamos al Ejército que nos traía el orden para devolvernos una República en paz. Muchos, seguro no entenderán esto, si quizás los que han vivido esta etapa acá, donde se creó el Centro de Operaciones, acá, donde se libraba una guerra con toda la violencia y la crueldad que una guerra implica, y que la iniciaron los terroristas.
Y si analizo para adelante, veo la injusticia. Soldados grandes, ancianos, enfermos, que mal o bien han defendido a la Patria, en su mayoría cumpliendo órdenes de una Presidente peronista y constitucional y que llevan años, pero años, privados de su libertad y sufriendo múltiples humillaciones. Y veo gente que ha combatido desde organizaciones guerrilleras o familiares de ellos, que han cobrado jugosos subsidios y ocupan altos cargos ¡Y eso también nos duele! ¡Porque sin justicia jamás habrá paz!
Hoy, 24 de Marzo de 2022, tantos años después, MI MEMORIA me lleva a hechos lamentables y dolorosos, viendo un país riquísimo que se ha empobrecido, con millones de habitantes enfrentados y divididos por el odio y la violencia, con un Gobierno que busca seguir con la grieta y que entre sus mismas cabezas no logran la paz....un país en una situación tan grave como la del 76, una realidad a la que jamás quisiera volver
Hoy, 24 de Marzo de 2022, mi memoria me transporta al agradecimiento que sentí ese día al ver llegar el orden, lo cual no significa querer un golpe de Estado, ni avalar jamás y bajo ninguna circunstancia, la violencia, las torturas ni muchísimo menos desapariciones. Fue una guerra cruel, y lejos de festejar el dolor de los muertos y heridos que esa guerra contra el terrorismo dejó, debería servirnos para buscar la paz, la unión y la justicia y dejar a nuestros nietos un país grande, reconciliado y en paz
Con respeto rindo homenaje a todos los que han perdido la vida víctimas de una guerra que jamás debió ser y a sus familias. Pero pido por favor JUSTICIA en honor a todos ellos, libertad para los que nos han defendido y una Argentina en paz. Todos los argentinos de bien defendemos la democracia, repudiamos los excesos. Pero por favor ¡dejen de sembrar más odio y tener sed de revanchas!
Hoy, 24 de Marzo ¡honor y gloria soldados de la Patria!
Y a nuestros niños por favor les enseñemos la historia sin ideologías, los hechos como sucedieron, para que tengamos una Argentina en paz. Porque Verdad y Justicia queremos para todos y esto que enseñan ¡No es la verdadera historia!
En el día de la Memoria, lo que se festeja, no me representa ni me parece que haya nada para festejar.
Por Luz García Hamilton
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Resulta significativamente irritante que ante el gran cúmulo de evidencias existentes sobre el accionar subversivo, el Gobierno no admita la participación de organizaciones tales como el ERP, Montoneros y otras en los años 70. Es evidente que para todos aquellos identificados con el rencor y el odio la guerra continúa. Por eso rechazan toda idea de finalización del conflicto y en cambio alientan la perpetuación, envenenando a las nuevas generaciones con falsificaciones históricas.
Nuestros muertos no cayeron en forma accidental y hoy son ignorados por la historia oficial, únicas víctimas olvidadas de un conflicto que creíamos superado. Es necesario que la clase dirigente tome nota de que buena parte del hartazgo social se funda en su exaltación constante de la confrontación, siendo necesario avanzar para alcanzar la Unidad Nacional.
Silvia Ibarzábal
Vicepresidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas del terrorismo en Argentina
Carta
enviada al Diario La Nación
(Fuente: wikipedia.com)
En el Catecismo de la Iglesia Católica se puede leer la definición de San Agustín sobre la mentira, “La mentira consiste en decir falsedad con intención de engañar” (San Agustín, Demendacio 4, 5).
De acuerdo a lo publicado por La Nación, en una entrevista que el periodista español Jordi Évole le realizó al Papa Francisco, éste manifestó, hablando de desaparecidos, que "en la Argentina fueron más de 30.0000 en la época de la dictadura...".
Otra vez el Papa, aunque suene duro, miente. En nuestro país no hubo 30.000 desaparecidos y el Cardenal Bergoglio lo sabe perfectamente. La Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP) comprobó la muerte y desaparición de alrededor de 7.954, de las cuales, según el Registro del Terrorismo de Estado, 662 personas desaparecieron en la época del gobierno democrático de Juan Domingo Perón y de María Estela Martínez de Perón.
La mentira papal no es inocente, miente para no enfrentarse con la verdad ante los organismos de los derechos humanos infiltrados por la izquierda o para mostrar una imagen adecuada a un mundo en el que dominan los grupos progresistas. La mentira en boca de máxima autoridad de nuestra Iglesia, socava la confianza de los feligreses con su pastor y divide a la grey rompiendo el tejido de las relaciones sociales.
Según lo manifestado en la misma entrevista, el Papa dice que trabaja en conjunto con el Espíritu Santo ya que éste lo releva en algunos momentos del día. No creo que eso suceda, porque la tercera persona de la Trinidad no miente y con total seguridad se aferra a la verdad y no al engaño y a la mentira.
Florencio Olmos
DNI 5.941.080
- Las causas se reabrieron, luego de más de 30 años de ocurridos los hechos, a instancias de Néstor Kirchner, con la complicidad del Congreso, jueces corruptos, incluida la Corte Suprema, en gravísima violación del principio de cosa juzgada, ya que se habían cerrado todos los procesos por la vigencia de la leyes de obediencia debida y de punto final, durante el gobierno de Alfonsín, además de los indultos presidenciales posteriores; “por ello se trata de verdaderos presos políticos”.
- Se violó el principio de legalidad al aplicarse retroactivamente la ley penal. Los acusados están sometidos a larguísimas prisiones preventivas que superan con creces los plazos legales, para ellos no hubo eximiciones de prisión, excarcelaciones, libertades condicionales ni 2x1, y el promedio de edad de los encerrados en cárceles comunes supera los 75 años, algunos de ellos con más de 90 años. En un récord vergonzoso para estos jueces prevaricadores, han muerto en cautiverio 714 presos, la mayoría sin condena.
Esta inadmisible discriminación quedará en la historia nacional como una de las mayores defecciones y muestra de cobardía de nuestra clase dirigente.
Según lo manifestado en la misma entrevista, el Papa dice que trabaja en conjunto con el Espíritu Santo ya que éste lo releva en algunos momentos del día. No creo que eso suceda, porque la tercera persona de la Trinidad no miente y con total seguridad se aferra a la verdad y no al engaño y a la mentira.
Florencio Olmos
DNI 5.941.080
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Discriminación:
apreciaciones sobre la situación de los presos acusados de delitos de “lesa humanidad” Discriminación:
- Las causas se reabrieron, luego de más de 30 años de ocurridos los hechos, a instancias de Néstor Kirchner, con la complicidad del Congreso, jueces corruptos, incluida la Corte Suprema, en gravísima violación del principio de cosa juzgada, ya que se habían cerrado todos los procesos por la vigencia de la leyes de obediencia debida y de punto final, durante el gobierno de Alfonsín, además de los indultos presidenciales posteriores; “por ello se trata de verdaderos presos políticos”.
- Se violó el principio de legalidad al aplicarse retroactivamente la ley penal. Los acusados están sometidos a larguísimas prisiones preventivas que superan con creces los plazos legales, para ellos no hubo eximiciones de prisión, excarcelaciones, libertades condicionales ni 2x1, y el promedio de edad de los encerrados en cárceles comunes supera los 75 años, algunos de ellos con más de 90 años. En un récord vergonzoso para estos jueces prevaricadores, han muerto en cautiverio 714 presos, la mayoría sin condena.
Esta inadmisible discriminación quedará en la historia nacional como una de las mayores defecciones y muestra de cobardía de nuestra clase dirigente.
Por Alberto Solanet - presidente de la Asociación de Abogados por la Justicia y Concordia.
(Fuente: Carta a La Nación (29/03/2022)
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