martes, 6 de febrero de 2018

Aborìgenes argentinos – 3ra Parte (ùltima)

(Por Edelmiro Porcel) XIII. INDIGENAS TRASANDINOS Los MAPUCHES, quizá la nación más inteligente y adelantada entre las que poblaron el Sur de nuestra América, los HUILLICHES y los PICUNCHES. Pero no son pueblos originarios de nuestra tierra. Los primeros (los MAPUCHES), eran naturales del Arauco, territorio que se encuentra en Chile, entre el río Bio-Bio al Norte, el río Tolten al Sur, el Pacifico al Oeste y los Andes al Este. Tanto hombres como mujeres eran y son, si realmente son mapuches puros, de baja estatura, estaban por debajo los más altos del metro setenta de estatura, la mayoría media alrededor del metro sesenta, y las mujeres alrededor del metro cincuenta. El historiador y académico chileno don Tomas Guevara, que estudio en el vecino país las etnias que poblaron su patria, los describe como bajos, de complexión robusta, cabeza y cara redonda, -braquicéfalos-, frente cerrada, de cejas rectas y poco pobladas, nariz baja y ancha, boca dilatada, labios abultados, cabellos negros, lisos y largos, ojos chicos, barba y cuello corto, pecho ancho, brazos y piernas cortas, pies pequeños con talón redondeado y piel morena, es clara la diferencia y sus características físicas de las de nuestros aborígenes sureños. Su lengua, el Mapu-dungu, también era muy distinto a todos los hablados por los indígenas argentinos y más rico que el Het, el Tson y el Pehuenche. Las naciones Mapuches en el Arauco, eran los COSTINOS sobre el Pacífico, los ABAJINOS en el Centro, los ARRIBANOS o MOLUCHES al este, contra la cordillera, y los VOROGAS al sur del río Cautín y del río Imperial. Sedentarios y agricultores, no vivían en toldos como nuestros aborígenes, sino en Rucas, o sea ranchos de madera o piedra según la región, redondos o cuadrados, sin ventanas, con una o dos puertas, y con una abertura en el centro del techo para dar salida al humo. Muy buenos tejedores, vestían largos ponchos de lana hoy llamados pampas, grises, amarillentos o blancos y las mujeres se cubrían con dos mantas de lana, sostenidas con tupus o punzones de plata, material que los varones sabían trabajar y con el que les gustaba alhajar sus aperos, peinaban las mujeres raya al medio, dos largas trenzas y se cubrían con un pañuelo. Sus vecinos al norte del río Bio-Bio eran los PICUNCHES de etnia Pehuenche y al sur del Tolten los HUILLICHES, también de etnia Pehuenche. XIV. BREVE HISTORIA DE SUS INVASIONES El contacto entre los indígenas de ambos lados de los Andes, comenzó gracias al caballo que introdujeron los conquistadores españoles. Primero por muchos años, sus encuentros se limitaban al intercambio comercial de sus productos, por pieles y ganado que les aportaban nuestras poblaciones aborígenes. Posteriormente comenzaron a malonear juntos para hacer los arreos de las haciendas de nuestras pampas a Chile, pero dado su mayor número, la ventaja del caballo y su experiencia guerrera, posteriormente comenzaron a entrar solos, es decir prescindiendo de nuestros tehuelches para el saqueo del ganado del sur de Mendoza, San Luis, Córdoba Santa Fe, Buenos Aires y la Pampa, lo que los llevó a tener que enfrentar a nuestros aborígenes. Tras la batalla del paso de Choele Choel, fundamental para el arreo de ganado a Chile, librada en 1820, nuestros tehuelches septentrionales de la zona de entre ríos sur, vencidos por los MOLUCHES (nación mapuche), que cruzaron la cordillera apoyados por milicias patriotas chilenas, debieron renunciar a sus tierras en la isla y la ribera Norte del Negro, conquistadas así por los aborígenes trasandinos para uso de su comercio con nuestro ganado. Ya antes los HUILLICHES, mezclados a veces con nuestros PEHUENCHES boreales, habían ocupado la región de los PUELCHES y POYAS, en la zona de los hoy parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi, obligando a nuestros tehuelches a asentarse en la costa sur del Limay. De esta penetración dio testimonio el padre Meléndez en su diario del año 1792, donde dice que nuestros PUELCHES le pedían ayuda para frenar a sus invasores. Diez años antes, durante la travesía del río Negro, el Limay y el Collón Cura realizada por el piloto español Basilio Villarino, éste pudo constatar que todavía esta región la ocupaban solamente nuestros PUELCHES. Pero retomemos el relato: a partir del combate de Choele Choel, los PUELCHES o SERRANOS debieron buscar refugio por el avance de los indígenas trasandinos, al sur del río Negro o en la provincia de de Buenos Aires. Estos TEHUELCHES subsistieron bajo el mando de caciques como los Catriel y Cachul, pero como indios generalmente "amigos", sin perjuicio de sus alianzas temporales para malonear, buscando la protección de los gobiernos de la Nación y/o la provincia, para protegerse de los indios chilenos, más numerosos, mejores guerreros y que los superaban ampliamente en número. El primer gran asentamiento Mapuche lo produjeron los VOROGAS, a partir de su derrota en la guerra a muerte en Chile (1818-1824), donde lucharon a favor de Fernando VII. Vencidos por los patriotas, huyeron a la Argentina junto con el coronel realista Pincheira, sus hermanos y sus guerrilleros. Tras malonear primeramente en el sur de Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y oeste de Buenos Aires, ocuparon con el apoyo de los Pincheira y sus soldados las tierras de nuestros Pampas Serranos, a los que vencieron y persiguieron hasta las sierras, en la zona de Púan, Epecuen y Guaminí y la Laguna de Monte. Llamaron a la tierra que conquistaron y detentaron Magna Araucanía, imponiendo en la misma su lengua mapu dungu. Los Vorogas, masacraron nuevamente a nuestros Pampas Serranos en 1830, corriéndolos de las sierras de Cura Malal y La Ventana hasta Bahía Blanca, donde terminaron de lancearlos, siempre con el apoyo de los guerrilleros realistas, a la vista de los soldados de la Fortaleza Protectora Argentina, sin que estos nada pudieran hacer para ayudarlos. Durante la Campaña al Desierto del año 1833, don Juan Manuel de Rosas, comandante del ala izquierda, evitó enfrentar con sus tropas a los Ranqueles y a los Vorogas, siguiendo la marcha por la línea de nuestra fortines, hasta arribar a Bahía Blanca y desde allí siguió por la costa hasta Medano Redondo, sobre la margen norte del Colorado (hoy Fortín Mercedes), donde estableció su cuartel general. Desde allí mando a sus coroneles, a Pacheco hasta el Río Negro, Choele-Choel y la confluencia del Negro con el Limay y Neuquén, a Ramos por el Colorado hasta el Chadileufú, que cruzó para seguir hasta el río Agrio, y a Delgado, por tierra de Ranqueles, hasta Mendoza. Estando el Medano Redondo, el general Guido le avisó que los Huilliche pretendían ingresar desde Chile con más de dos mil lanzas, marchando al frente sus caciques Calculfura y Namuncurá. Rosas pactó con ellos, permitiendo su entrada a condición de que atacaran a los Ranqueles, pero no lo hicieron, en cambio, en Masallé, sorprendieron los Huilliche a sus enemigos Mapuches, los Vorogas, asesinando a dos de sus tres caciques generales, Mariano Rondeau y Melín (o Melían), a todos los caciques, capitanejos e indios de lanza que pretendieron defenderse y robando su chusma. Calfulcurá escribió treinta años después al presidente Mitre diciéndole que "era chileno pero había entrado autorizado y llamado por don Juan Manuel, el que como premio por la matanza de los vorogas en Masallé, los dejó establecerse y residir en las Salinas Grandes". Este fue el premio que recibió Calfulcurá de Rosas por la llamada traición y masacre de Masallé. Los pocos Vorogas que se salvaron, debieron someterse a los Huilliche, salvo los caciques Vuta Pincen -padre de Pancho y Vicente- y Coliqueo, que tenían sus toldos más alejados, lo que les permitió escapar y agregarse a los RANQUELES para poder sobrevivir en ese primer momento. El último de los tres caciques mayores Vorogas, Cañiuquir, que estaba en Guaminí, razón por la que no sufrió las consecuencias del ataque de Masallé, fue muerto con sus lanceros dos años más tarde, en el combate de "El Pescado", por las tropas de la Fortaleza Argentina, enviadas por Rosas en su busca. Pero las tierras que ocuparon por la fuerza de sus lanzas los aborígenes trasandinos, las abandonaron pocos años más tarde, durante la Campaña del Desierto del general Julio Argentino Roca y de Neuquén del general Villegas. XV. SITUACION ACTUAL Los Mapuches que hoy habitan en Neuquén y Río Negro, llegaron mayoritariamente después de 1885, cuando fueron cruzando pacíficamente la cordillera, procedentes de Chile, donde sólo tenían en el Arauco usufructo de pequeños minifundios que con el correr del tiempo les resultaron insuficientes para cubrir sus necesidades. A principios del siglo veinte (1910), como bien dicen Outes y Bruch en su libro “Los aborígenes en la República Argentina”, no pasaban en nuestro país de algunos centenares, hoy se estiman en alrededor de ciento veinte mil personas, con motivo de la gran cantidad que llegó a nuestro país el pasado siglo veinte y que están llegando en estos últimos treinta años. Pero si analizamos con detenimiento a sus ancestros, me atrevo a afirmar con la seguridad de no equivocarme, que la casi totalidad de los mapuches de alrededor de 50 años, tienen sus abuelos o a lo sumo sus bisabuelos de nacionalidad chilena. Después de que Roca aseguro el Sur para la Argentina, en forma simultánea, Chile ocupó el Arauco (1883). Lo ocurrido desde entonces lo explica claramente Horacio Zapater en su opúsculo "Notas de viaje por el país araucano", publicado en Mendoza en 1955. Dice este autor: "Los araucanos en Chile, han adquirido actualmente plena noción de los valores económicos que rigen nuestra civilización.- La familia araucana se caracteriza por ser muy numerosa.- El término medio de hijos por familia es de seis o siete. Los mapuches alcanzan este alto índice de natalidad, a pesar de su deficiente nivel económico y educacional “. Y añade: "Después de la pacificación, el gobierno chileno dispuso el reparto de enormes extensiones de tierra sureñas entre los mapuches.- Pero aconteció que esta generosa disposición no se cumplió totalmente.- Se concedió a los indígenas parcelas menores que las dispuestas y las que restaban se remataron y fueron compradas por “pioners” de estas regiones, a precios ínfimos.-Así se fueron formando latifundios.- Dado que en ese entonces la peste y el cólera diezmaban a los aborígenes –añade-, se llegó a creer en su próxima extinción y que nunca se plantearía para ellos el problema de la falta de tierras. -Pero aconteció justamente lo contrario.- La población indígena en lugar de tender a extinguirse, aumentó considerablemente. Las tierras se subdividieron y en la actualidad (año 1953) se presenta para el indígena el problema del minifundio". Primero para escapar de la presión de la conquista del Arauco y posteriormente por los motivos referidos, los Mapuches cruzaron nuevamente la frontera de los Andes, esta vez al principio en paz, y se radicaron en nuestro país, que no tuvo problema en acogerlos, como lo hizo siempre con todos los que quieren habitar el suelo argentino. Pero esto no les acuerda el derecho a sus prepotentes reclamos actuales como “pueblo originario de nuestro territorio”, que no lo son , ocupando los mejores campos y propiedades urbanas privadas o nacionales, expulsando a las hermanas salesianas de su colegio, impidiendo la practica del culto católico cerrando un oratorio y reclamando tierras que anteriormente jamás ocuparon y nunca les pertenecieron. En su audaz actuar, llegan incluso a reclamar tierras en Chubut y Santa Cruz, donde jamás en nuestra historia pisaron los mapuches y lo más grave es que a pesar de haber nacido en esta tierra, no se consideran argentinos, mancillan nuestra bandera, afectan nuestra soberanía, vulneran garantías constitucionales, contando con el amparo o por lo menos la complaciente indolencia de autoridades nacionales y provinciales. Bibliografía: Casamiquela Rodolfo: “Racista Antimapuche…o la verdadera Antigüedad de los Mapuches en la Argentina” Cox Guillermo E.: “Exploración de la Patagonia Norte”. Un viajero en el Nahuel Huapi (1862/63) De Gandia Enrique: “Problemas Indígenas Americanos” Falkner Thomas: “Descripción de la Patagonia” (1740-1767) Furlong Guillermo S.J.: “Joaquín Camaño S.J. y su Noticia del Gran Chaco” (1778) Fray Manuel Mingo de la Concepción: “Historia de las Misiones Franciscanas de Tarija entre los Chiriguanos”.- Fontana Luis Jorge: “Viaje de exploración en la Patagonia Austral” (1885-1886) Guevara José S.J.: “Historia de la Conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán” Guevara Tomas: “Historia de Chile.- Chile Prehispánico Jolís José S.J. : “Ensayo sobre la Historia Natural del Gran Chaco” Lista Ramón: “Viaje a la Patagonia Austral (1879) Lista Ramón: “Los Indios Tehuelches” (1894) Lozano Pedro S.J.: “Descripción Corográfica del Gran Chaco Gualamba” Mendoza Jaime: “El Chaco en los Albores de la Conquista” Musters George C.: “Vida entre los Patagones” (1869-1870) Outes E.F y Bruch C.: “Los Aborígenes de la República Argentina” Páez Garramuño Juan Carlos: “…Y llegaron los Indios!!!” Porcel Roberto Edelmiro: “Los Pueblos Guaraníes” Porcel Roberto Edelmiro: “La Araucanización de Nuestra Pampa.- Los Tehuelches y Pehuenches.- Los Mapuches Invasores” Porcel Roberto Edelmiro: “Pueblos Originarios y Pueblos Invasores”.- Separata del libro “La Campaña del Desierto” de la Academia Argentina de la Historia” Ruy Días de Guzmán : “Anales del Descubrimiento, Población y Conquista del Río de la Plata” Saignes Thierry: “Ava y Karai.- Ensayo sobre la Frontera chiriguano” Schmidl Ulrico: “Viaje al Río de la Plata” Villarino Basilio – Viedma Antonio de: “Diarios de Navegación” (1780-1783) Zapater Horacio: “Notas de viaje por el país Araucano”

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