lunes, 19 de noviembre de 2012

¿Que derechos humanos? Repudio

Derechos Humanos: Abogados “Por la Justicia y la Concordia”, repudian enérgicamente lo ocurrido en Tucumán con el Dr. Maggio El miércoles último, mientras se desarrollaba la audiencia por la mega causa “Arsenal Miguel de Azucénaga y ex Jefatura de Policía II”, corrió como reguero de pólvora la noticia que Facundo Maggio, joven abogado que defiende al General Alais (ese día separado del juicio por grave estado de salud), a Carlos Eduardo Trucco y a Monseñor José Mijalchyk, debió renunciar a su cargo en la Fiscalía de Estado de la provincia de Tucumán porque así se lo solicitaron. ¡Una barbaridad!! ya que Maggio sólo esta ejerciendo su libre derecho a ejercer la profesión y que los imputados, TODOS, tienen derecho a ser defendidos. Una muestra más de la intolerancia, de la falta de libertad y de respeto en plena “democracia” cuando en el país hablan con desparpajo de “dictadura”, “percusión ideológica” y defensa de “los Derechos Humanos”. La Asociación de Abogados por “la Justicia y la Concordia” que reúne en Buenos Aires y cientos de abogados prestigiosos y comprometidos con los problemas actuales, que siguen de cerca los juicios de “lesa humanidad”, pero sobre todo que con VALORES Y PRINCIPIOS bregan por la concordia y la paz, fueron los primeros en reaccionar públicamente, porque ellos van siempre de frente, dan la cara y ponen sus firmas. Están convencidos de que “Sólo con JUSTICIA SE LOGRA LA PAZ” y fue así como con el coraje y compromiso que los caracteriza, emitieron un comunicado REPUDIANDO el accionar del Gobierno tucumano: La Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia deplora y repudia la separación del doctor Facundo Maggio, de la Fiscalía de Estado de Tucumán, por el solo hecho de asumir la defensa de tres ciudadanos que están siendo juzgados por hechos ocurridos en los años 70 del siglo pasado. El inaceptable acto lesiona los derechos y deberes fundamentales de la profesión de abogado, atenta contra la inviolabilidad de la defensa en juicio, restringe las libertades personales y constituye una discriminación que afecta la igualdad con que hemos jurado tratarnos los argentinos desde los orígenes de nuestra organización como Nación. Este acto pone una vez más en evidencia hasta qué punto la Justicia argentina ha sido inficionada por la ideología y el odio.

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